Formulación tecnocrática de las políticas y rendición de cuentas en regímenes democráticos (Síntesis de investigación y política de UNRISD)

Desde fines de los años 80 muchas democracias nuevas han nacido como consecuencia de las demandas en todo el mundo en favor del respeto de los derechos humanos, la rendición de cuentas y la transparencia en la formulación de políticas. Los donantes de ayuda externa han promovido el mensaje de que la democratización mejora la calidad de las políticas y los servicios públicos. No obstante, la democratización tiene lugar en tiempos en que el poder de los inversionistas y las instituciones financieras están cambiando tanto los parámetros como los estilos para gobernar. La mundialización financiera, los altos niveles de endeudamiento y las recetas neoliberales reducen las opciones de política económica a un conjunto limitado de objetivos que favorecen el ajuste fiscal, la privatización y la liberalización.

A fin de satisfacer estos objetivos, la formulación de las políticas ha venido quedando, cada vez en mayor medida, en manos de “tecnócratas”, es decir, aquellos que cuentan con un alto grado de experiencia técnica y conocimientos especializados y cuyas decisiones no son coartadas por los procesos políticos.

Los tecnócratas por lo general, trabajan en las instituciones ejecutivas del gobierno que se encuentran más aisladas de la presión pública y que, por lo tanto, están menos obligadas a rendir cuentas en un sistema democrático, como es el caso de los bancos centrales y los ministerios de finanzas y comercio. Los estilos tecnocráticos de la formulación de políticas plantean problemas para las democracias. Por una parte, distorsionan las estructuras de rendición de cuentas, ya que los gobiernos pasan a responder en mayor medida ante los organismos multilaterales y los inversionistas, que ante las instituciones representativas y el público en general; también afectan las respuestas que se dan al empleo y la previsión social, la erradicación de la pobreza y el manejo de los conflictos. No obstante la importancia de estos aspectos para la consolidación de las democracias nacientes, las políticas que favorecen la estabilidad macroeconómica podrían dejarlos de lado en pro de sus propios objetivos. Más aún, los ciudadanos podrían perder confianza en el proceso democrático si consideran que sus votos son irrelevantes en las decisiones que afectan sus vidas.

Sin embargo, si el objetivo es que los gobiernos respondan a las demandas de sus ciudadanos, las políticas—incluidas las políticas económicas—deben decidirse democráticamente. El papel de las instituciones legislativas para hacer rendir cuentas al poder ejecutivo es fundamental en este sentido. En las democracias, se espera que las instituciones legislativas—trátese de parlamentos o de congresos—cumplan la función de mancomunar y articular las opiniones de los ciudadanos, escrutar las políticas propuestas y conferir legitimidad a los resultados que de ellas emanen. No obstante, las políticas económicas afectan de forma distinta a los grupos sociales y a las instituciones, por lo que los procesos democráticos y la rendición de cuentas acusan el impacto cuando las decisiones importantes ante una determinada disyuntiva quedan exclusivamente en manos de los tecnócratas. Por ejemplo, los presidentes de los bancos centrales y los ministros de finanzas y comercio pueden verse obligados ante determinados grupos de interés del mundo financiero que podrían preferir la implantación de estrategias dirigidas a reducir la inflación o a liberalizar las finanzas y el comercio, en detrimento de aquellas encaminadas a generar empleo o lograr una previsión social más amplia.

Los Síntesis pretenden mejorar la calidad del diálogo sobre el desarrollo. Sitúan la investigación del Instituto dentro de un marco general de debates sobre el desarrollo social, sintetizan los resultados y ponen de relieve cuestiones que deben considerarse en los procesos de la toma de decisiones. Proporcionan esta información de una forma concisa que debería ser útil para los encargados de formular políticas, académicos, activistas y periodistas entre otros.